Artes Plásticas

Grupo Tanagra
Agrupación de artistas fundada por Angelino Gebauer y Gumercindo Oyarzo (acuarelista) el 5 de octubre de 1929, en la ciudad de Chillán. El colectivo recoge su nombre de “La palabra “Tanagra” (que) designa a pequeñas obras de arcilla cocida, encontradas en las ciudades griegas de Mirina y Tanagra en el Asia Menor” y que “representan la vida familiar, la danza y la música” (Egaña 14). Tenía como objetivo principal, reunir bajo un mismo nombre y concepto a los artistas residentes de la zona, que en su mayoría se consideraban discípulos del retratista alemán Francisco Gebauer Lux y del pintor francés Carlos Dorlhiac.
Además de sus fundadores, el grupo estaba conformado por los
artistas Noemi Mougues, Marta Colvin, Jorge
Cháves, Darío Brunet, Óscar Gacitúa, Luis Guzmán Molina, Silvia Molina, Ramón
Toro, Baltazar Hernández y Hega Yuffer, entre otros, algunos de los cuales
obtuvieron el Premio Municipal de Arte.
En 2013, su presidenta Carmen Egaña Molina, lo describe en Revista Cauce Cultural con las
siguientes palabras: “El grupo Tanagra ha mantenido viva la expresión de
belleza, sensibilidad y reflexión en su quehacer diario, y ha incentivado los
valores, las costumbres y protegido las tradiciones locales, ha conformado a lo
largo del tiempo su propia identidad, abriendo caminos con cariño, pasión y
dedicación, sin esperar nada a cambio sólo por el puro placer del arte” (14).
Desde la década de 1940, la agrupación impulsó importantes
iniciativas, como el proyecto que crea la fundación de la Escuela Cultura
Artística Claudio Arrau León de Chillán (1942), los salones locales y
regionales de pintura y artes decorativas desarrollados en diferentes ciudades
desde 1946, la instalación de talleres de pintura, dibujo, artes decorativas,
fotografía y arte infantil, dictados por integrantes del grupo y profesionales
en sus diversas sedes, los Salones Anuales de Aniversario, que cuentan con más
de 80 años de historia y otros importantes proyectos expositivos.
Grupo Rectángulo
El Grupo de Arte Moderno Rectángulo, fundado entre 1955 y 1956 por los pintores Gustavo Poblete y Ramón Vergara Grez, fue el máximo exponente del Abstraccionismo Geométrico en Chile. En un artículo publicado por El Mercurio, el 2 de octubre de 1956, el crítico de arte Antonio Romera se refería a su creación con las siguientes palabras: “Ha nacido el “Grupo Rectángulo”. Formado por pintores, escultores, músicos y poetas, aspira a hacer del arte -según dice en el proemio del catálogo de su primer salón- el reflejo de la íntima esencia del hombre. El signo que los agrupa simboliza solidez, estabilidad, unidad” A través de un fundamento geométrico y abstracto, Rectángulo fue protagonista de una importante renovación del lenguaje pictórico chileno a mediados de los años cincuenta, estructurando una nueva poética con fuertes influencias constructivistas.
En el catálogo de la primera exposición organizada por Rectángulo, en septiembre de 1956, en la
Sala del Círculo de Periodistas de Santiago, escrito por Ramón Vergara Grez, se
establecían los nuevos procesos artísticos a través de los cuales el grupo
inauguraba su nuevo lenguaje: haciendo uso de los conceptos de orden y
geometría, y por medio de la aplicación de dibujos esquemáticos y colores
uniformes: “…que facilite (n) la medición de las partes y la relación de las
partes con el todo; reemplazan (do) el toque o la pincelada tradicional por el
plano de color”. Ese mismo año, con motivo de la exposición, organizaron un
foro para explicar sus conceptos sobre esta nueva propuesta de arte abstracto,
la que fue respaldada y apoyada por el artista cubano Mario Carreño, recién
llegado a Chile, quien definió sus obras como: “una pintura racionalista,
pensada, donde todos los elementos están jerarquizados; no existen factores
accidentales y, si los hay, ellos están en razón de que son residuos que van
quedando en la obra, pero que irán desapareciendo a medida que avance en este
proceso de depuración”.
En 1964, el grupo tomó el nombre de Movimiento Forma y Espacio desarrollando, con la participación de
otros artistas como Matilde Pérez, Elisa Bolívar, Ximena
Cristi, Maruja Pinedo y Uwe Grumman, importantes reflexiones
sobre la relación referencial entre obra y realidad en la superficie pictórica.
El teórico Luis Oyarzún, entonces Decano de la Facultad de Bellas Artes de la
Universidad de Chile, escribió en el catálogo de la primera exposición
internacional del renovado grupo, que sus artistas “…querían revalorar el gesto
inicial de la pintura como voluntad de intelección, es decir, de creación en el
sentido de ordenación del caos”.
Desde sus inicios, el grupo Rectángulo
se definió en oposición al arte intuitivo y al gesto como concepto esencial de
la obra de arte, proclamando la supremacía de la razón sobre la intuición. Fue
fundamentalmente en este aspecto que Rectángulo
y Signo se encontraron al interior de
la institución artística y universitaria; realizando recorridos paralelos en el
contexto histórico-artístico chileno desde la segunda mitad de los años
cincuenta hasta finales de los años sesenta, en el pleno proceso de la Reforma
Universitaria, durante la fase sucesiva que vivió el bloqueo de ésta y el
desmantelamiento completo del sistema universitario.