Fernando Campos Harriet (1988)

Abogado
de profesión, historiador por vocación. Hijo de José Campos Fuente-Alba y
Zoraida Harriet Godomar, una familia de antiguos armadores de barcos. Realizó
sus estudios en el Colegio de los Sagrados Corazones de Concepción y luego ingresó
a la Facultad de Derecho de la Universidad de Concepción, titulándose de
abogado en 1934 con la tesis Medios de adquirir las naves, asociada a la
tradición marítima en su familia. En 1936 ingresó al Servicio Jurídico de la
Armada de Chile, alcanzando el grado de Capitán de Fragata. Entre 1940 y 1951
se desempeñó como auditor naval en Talcahuano. En 1950 y por espacio de dos
años, como profesor de Historia Constitucional de Chile en la Universidad de
Concepción, desde donde fue contratado para desempeñarse en la misma cátedra en
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Chile, de la
cual sería profesor hasta 1978.
Su
llegada a Santiago marca su incursión en el ámbito de la historia. Se incorporó
a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, siendo elegido en 1957 como
Secretario General de la organización. En paralelo, comenzó a colaborar
activamente en la Revista Chilena de Historia y Geografía publicando una
cantidad importante de artículos y reseñas bibliográficas. Su amplia labor
historiográfica lo llevó a ser elegido en 1970, miembro de número de la
Academia Chilena de la Historia, alcanzando la presidencia de dicha situación
en 1983 y ocupándola por espacio de 10 años. Entre 1985 se desempeñó como
presidente del Instituto de Chile, institución que hacia 1982 agrupó a todas
las academias nacionales. Fue miembro de la Real Academia de la Historia de
España y uno de los fundadores del Instituto de Historia del Derecho Indiano,
todo lo cual lo llevó a ser merecedor, entre otras distinciones del Premio
Nacional de Historia en 1988, la Orden de Isabel La Católica y el título de
Caballero de Honor y Devoción de la Soberana Orden Militar de Malta, entre
otros.
La
obra historiográfica de Fernando Campos Harriet se orienta al Derecho y la
Historia Regional, particularmente de Concepción, ciudad con la que nunca
perdió el vínculo y que lo declaró Hijo Ilustre. En el ámbito de la Historia
del Derecho, destaca Historia Constitucional de Chile (1951) que tuvo
una serie de reediciones dada su importancia para el estudio de la materia.
Luego, hay una serie de libros como Los Defensores del Rey (1958); Desarrollo
educacional. 1810-1960 (1960); Veleros franceses en el Mar del Sur (1964);
¿Por qué se llamó “Reino” a Chile? (1966); Don García Hurtado de
Mendoza en la Historia Americana (1969); Alonso de Ribera. Gobernador
Galante y Visionario (1973); Historia de Concepción. 1550-1970 (1979),
entre otros, sin contar más de un centenar de artículos en revistas académicas
y de prensa, además, la organización de diversos encuentros de historiadores.
En todos sus libros dejaba en claro su posición respecto a la importancia de
Concepción en el devenir histórico nacional, sobre todo durante la Conquista y
Colonia y también la idea de que la historia estaba presente en todos los
ámbitos del quehacer y de ahí la importancia de su estudio.
En
1988 obtuvo el Premio Nacional de Historia.