José Santos González Vera (1950)

A temprana edad su madre
le inculcó el amor por las letras colaboró en la revista universitaria Claridad y Atenea de Concepción. Previamente, desempeñó los más variados
oficios, factor que templó su carácter, aunque destacaba como un hombre de pocas
palabras y gran sentido del humor.
Entre sus obras está: Vidas mínimas (1923) texto que se
compone de dos novelas cortas: “El conventillo” y “Una mujer”; Alhué (1928); Cuando era muchacho (1951) obra que corresponde a una
autobiografía; Eutrapelia (1955); Algunos (1950); Aprendiz de hombre (1960); La
copia y otros originales (1961) y Necesidad
de compañía (1968).
Su trabajo literario “fue
acogido con entusiasmo por Alone era fino, sutil, analista íntimo. Habitaba en
un conventillo entre lavanderas y zapateros remendones, pero en vez de
lamentarse y huir de ese medio inadecuado, lo mira minuciosamente, lo estudia
con ojo atento y describe detalle por detalle” (Del Solar 11).
En 1950 fue reconocido
con el Premio Nacional de Literatura, nominación que no estuvo exenta de detractores
que afirmaban que sus obras cabían en cuadernos simples de composición, sin
tener relevancia. En tanto, otros, como Enrique Espinoza, destacaban su
literatura como una aproximación al mundo proletario a través del conventillo.