Juan Luis Espejo Tapia (1978)

Destacado
historiador y genealogista, nació en el seno de la familia conformada por Juan
Espejo Varas y Aurora Tapia Luco, ambos descendientes de familias coloniales
con una formación basada en conceptos clásicos. Su padre fue rector del
Instituto Nacional, donde recibió la influencia de destacados maestros como:
Diego Barros Arana o Julio Montebruno. Sin embargo, a la hora de decidir una
carrera, optó por la ingeniería y en 1912 se tituló de Ingeniero Agrónomo. Para
algunos de sus biógrafos quizás su inclinación por las ciencias exactas lo
llevó a un ordenamiento metódico de las fuentes, condición que le permitió
realizar sus investigaciones histórico-genealógicas.
Su
carrera profesional no fue impedimento para que continuara con los estudios
humanistas, de hecho, laboró por largos años en el Departamento de Bienes
Raíces del Servicio de Impuestos Internos. Sin embargo, desde muy joven tuvo
inclinaciones por las humanidades, las que lo llevaron a ser fundador de la
Sociedad Chilena de Historia y Geografía en 1911, donde conoció a grandes
historiadores como: José Toribio Medina, Enrique Matta Vial y Tomás Thayer
Ojeda, que impactaron en algunos de sus estudios, pues fueron inspirados por
ellos, como el análisis sobre la Provincia de Cuyo, cuando aún pertenecía al
Reino de Chile, que fue sugerido por Medina. En 1933 colaboró con la fundación
de la Academia Chilena de la Historia.
Juan
Luis Espejo no desarrolló una carrera docente, sin embargo, fue guía y mentor
intelectual de muchos jóvenes historiadores que se iniciaban en esta disciplina
y, por cierto, en el de la genealogía, su especialidad. En 1948 fundó, junto a
otros especialistas, el Instituto Chileno de Investigaciones Genealógicas que
comenzó la publicación de la Revista de Estudios Históricos, un texto de
prestigio en Hispanoamérica y España, en 1973 fue premiada por el Instituto
Internacional de Genealogía y Heráldica.
En
1914 viajó a España y Gran Bretaña para investigar en archivos europeos, dando
como resultado la publicación, un año más tarde, de un índice de documentos
relativos a Chile, presentes en el Public Record Office -entidad que
después formaría los Archivos Nacionales de Gran Bretaña-, el Archivo de las
Órdenes Militares de Madrid y el Archivo General de Indias de Sevilla. En 1917,
publicó una de sus obras más importantes: Nobiliario de la Antigua
Capitanía General de Chile, que contiene el estudio genealógico de más de 300
linajes y blasones de nuestro país durante la época colonial. El segundo tomo
de la obra se imprimió en 1921 y en 1967 se realizó una segunda edición. Esta
investigación le daría prestigio nacional e internacional. En 1954 publicó otra
de sus obras cumbre y quizás la de carácter más historiográfico: La
Provincia de Cuyo del Reino de Chile en dos volúmenes.
Por todo este trabajo más un centenar de artículos, es que recibió el Premio Nacional de Historia en 1978.