Lily Garafulic Yancovic (1995)
Es una de las escultoras más importantes
de la historia del arte nacional. Hija de padres croatas, nació en Antofagasta,
pero su familia se trasladó a Santiago en 1919. En 1934 ingresó a la Escuela
Nacional de Bellas Artes, donde estudió Dibujo en los Talleres Libres con el pintor
Hernán Gazmuri y fue alumna del escultor Lorenzo Domínguez, maestro de
espíritu crítico y rebelde que fomentó en sus estudiantes la libertad creativa.
En 1938, al finalizar sus estudios en la Universidad de Chile, junto a los artistas Inés Puyó, Ana Cortés y Marco Bontá viajó a Europa para perfeccionarse. Allí conoció al escultor rumano Constantin Brancusi y al surrealista André Bretón.
Fue la primera mujer en presentar una
exposición individual de escultura en el Instituto Chileno Británico de Chile.
En 1944, luego de obtener una Beca Guggenheim, se radicó en New York, donde estudió
escultura en la New School of Social Research y grabado en el Taller 17 con
William Hayter. Un año después regresó a Chile y realizó una de sus obras más
conocidas: los 16 Profetas (1946), para
la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes en Santiago, conjunto que se compone
de 16 esculturas de los profetas bíblicos, ubicados a más de 50 metros de la
superficie y esculpidos en un estilo románico francés, de líneas muy depuradas.
Su obra se caracterizó por una persistencia
en la autonomía de los medios y el lenguaje de la escultura, concentrada en la
exploración de las formas a través del juego de volúmenes generado por el
contraste entre las superficies curvas y rectas.
En 1947
fue becada por la Universidad de Chile, para viajar a Europa y Medio Oriente a estudiar
la técnica del mosaico. A estos viajes de estudios, se sumaron otros a Perú,
Bolivia e Isla de Pascua. A su regreso, en 1951, se integró como profesora
titular de la Cátedra de Escultura en la Universidad de Chile.
En 1957 fue
nombrada representante de Chile ante la UNESCO en la Asociación Internacional
de Artes Plásticas y dos años después, Presidenta del Comité Organizador del Tercer
Congreso Regional de Artes Plásticas, patrocinado por las Naciones Unidas y la
Universidad de Chile. En 1973 se convirtió en la primera mujer en ser nombrada Directora
del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, cargo que ejerció hasta 1977.
Entre las
distinciones y premios que obtuvo durante su carrera, destacan el Premio de la
Bienal de Sao Paulo (1953); el Premio del Círculo de Críticos de Arte de Chile,
al Artista Plástico del año (1985) y el Premio Nacional de Artes Plásticas en
1995.