Samuel Lillo Figueroa (1947)

Poeta, narrador y ensayista, pertenece a una familia profundamente ligada a la creación literaria, en la que destaca su hermano Baldomero, autor de Subterra y Subsole y su tío Eusebio, compositor de la letra del Himno Nacional.
Vivió su infancia en Lota, trasladándose a los 10 años a Lebu, lugar donde conoció a los araucanos, cuyos relatos y hazañas, fueron sus temas predilectos. Estudió Derecho en la Universidad de Chile, titulándose en 1896. Más tarde, cursó Castellano y Literatura, trabajó en el Instituto Nacional y en la Escuela Militar, donde dictó la cátedra de Castellano.
Refundó el Ateneo de Santiago, punto de reunión de intelectuales, luego de la Guerra Civil de 1891. Fue prorrector de la Universidad de Chile y miembro de la Academia Chilena de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española.
En 1900 publica Poesías, texto que “se caracteriza por la presencia de imágenes sonoras y tono heroico. Es posible detectar en esta obra algunas constantes que se mantendrán a lo largo de sus obras posteriores, como por ejemplo el ritmo, la riqueza verbal y la fuerza descriptiva”, explica el portal EcuRed. En 1908 publicó Canciones de Arauco, obra de carácter narrativo que mejor define su calidad. Ilustra “imágenes típicas chilenas, las que lo convierten en un criollista lírico”, explica el mismo sitio web.
Escribió una veintena de poemas de corte épico y otras obras como: Literatura Chilena (1918), Ercilla y La Araucana (1928), Primavera de antaño (1951), Bajo la cruz del sur (1926) y Fuente secreta (1933), entre otras.
A lo largo de su trayectoria recibió una serie de distinciones. En 1927 el Premio Poesía Hispana otorgado por la Real Academia Española y en 1947 el Premio Nacional de Literatura.