Periodo precolombino

El Norte Chico se extiende desde el río Copiapó hasta el río Aconcagua. Esta área se caracteriza por sus limpios y despejados cielos, que lo han convertido en un lugar privilegiado para la observación astronómica, en el que predominan los paisajes atravesados por fértiles valles. Las regiones que abarca el Norte Chico son: Atacama y Coquimbo. Durante el periodo prehispánico encontramos en esta zona: changos, collas y diaguitas.
Pueblo Chango
El término “chango” aparece documentado por primera vez a mediados del siglo XVII, para denominar a toda la población que ocupaba el litoral costero entre Copiapó y Coquimbo. Se trata de un grupo de pescadores que se extendía desde la altura del río Loa al Aconcagua. Se agrupaban en bandas que no sobrepasaban los 30 individuos. Fueron cazadores y pescadores de gran movilidad, gracias al uso de balsas de cuero de lobo marino, una embarcación resistente y ágil que permitía la pesca de alta mar. Existía también trueque con la población de los valles y oasis del interior del desierto de Atacama. Los principales productos de intercambio eran los recursos del mar, mariscos y pescados secos y salados (charquecillo), cueros y pieles de animales marinos”, explica el portal Biografías de Chile.
Respecto de su vestimenta, se han registrado gorros tejidos con lana de camélido, diademas de plumas de pelícano, cobertores de piel de lobo de mar, mantas de lana y pellejo de aves marinas y entre las poblaciones más antiguas, era común el uso de taparrabos de cuero o de cordones de fibra vegetal y lana de camélido. Sus vasijas de cerámica eran de uso doméstico, de un solo color, pero de varias formas, las que conseguían también a través de trueque con otras poblaciones, en tanto, con cobre fabricaron anzuelos y algunos ornamentos como aros, brazaletes y alfileres.
Pueblo Colla o Kolla
El nombre Colla corresponde a una generalización utilizada desde el siglo XIX, para denominar a los indígenas que vivieron en la Puna de Atacama, término que hace alusión a una altiplanicie ubicada a más o menos 4.500 msnm y donde se encuentra una gran cadena de lagos salados extendidos a lo largo de la Región de Atacama. La ocupación geográfica, abarcó comunidades en la zona de Potrerillos, Inca de Oro, Quebrada de Paipote, San Miguel y San Andrés. En tanto, próximo al río Jorquera estaban las hoy comunas de Chañarla, Copiapó y Tierra Amarilla de la Región de Atacama.
En esta zona aprovecharon los campos de pastoreo, vegas y aguadas, por medio de un sistema de trashumancia basada en la movilidad entre invernadas y veranadas, localizadas a alturas distintas y que formaban pisos ecológicos diferentes. La economía se basa en la ganadería, principalmente, caprina y en menor medida mular, caballar, llamas y agricultura.
Los collas comprenden el mundo a través de creencias religiosas de santos patrones y los ritos a la Pachamama. A ésta se le efectuaban los pagos y ritos, como la vilancha, consistente en el sacrificio de animales, el floreo del ganado y otras fiestas religiosas o sociales. Dado que se conforman socialmente de manera multiétnica, no existe una sola lengua originaria, según explica el portal del Museo de Arte Precolombino Museo de Arte Precolombino.
Pueblo Diaguita
La cultura diaguita, habitaba la cuenca alta del río Huasco, particularmente en la zona del río Tránsito o Huasco Alto, de la Comuna de Alto del Carmen. Otras comunidades diaguita se localizan en Vallenar y Freirina o Huasco Bajo y más al sur en el valle del Choapa. Los diaguitas tenían una lengua propia denominada kakan, hoy desaparecida.
Tuvieron una variada economía, practicaban la ganadería, la minería, cultivaban maíz, recolectaban frutos y explotaban los recursos marinos. En paralelo, hilaban el pelo de las llamas, para confeccionar sus vestimentas. Tal como sus antecesores, Molle y Anímas, eran hábiles metalurgistas, con aros, placas y brazaletes adornaban sus cuerpos.
Vivían en casas de barro y ramas que conformaban pequeñas aldeas, las que se piensa estaban constituidas por grupos familiares. La sociedad estaba organizada en señoríos, sistema similar al modelo andino, donde dos caciques compartían jurisdicción: uno desde la mitad del territorio hacia la costa y el otro desde la mitad hacia la cordillera de Los Andes.
Entre los aspectos inmateriales, se encuentran los relatos míticos y el sistema de creencias, articulado a la sobrevivencia ancestral de ciertas divinidades, como el Yastay, guanaco jefe o relincho, que posee poderes para defender a la manada de los cazadores.
Su elemento más representativo fue la cerámica: “famosa por su calidad técnica y especialmente por sus diseños geométricos” (Aldunate 34). La iconografía está compuesta por figurillas de humanos, felinos y reptiles, y permite inferir la estrecha relación de sus concepciones religiosas con los objetos. En tanto, “los ‘jarro pato’ son verdaderas piezas maestras que combinaban estos diseños con rostros humanos o animales” (Aldunate 35).
Imagen: Escudilla policroma
Cerámica
Cultura Diaguita, 900-1400 d.C.
Norte Chico de Chile, Área Sur Andina
Colección Sergio Larrain García-Moreno, MChAP 0065
180 x 74 mm