Heroísmo institucional durante el terremoto de 1960

Este artículo destaca la historia y el legado del Cabo 1° José Vergara Díaz, quien a bordo de la lancha Gloria protagonizó un verdadero acto de heroísmo, sustentado en los roles Preventivo y de Integración Nacional, durante el terremoto de 1960 que azotó al sur del país.
A fines de 1956 se bautizó en Valparaíso la primera lancha construida específicamente para ejecutar tareas policiales con el nombre de Gloria. La Revista de Carabineros señala que la madrina de ésta fue María Rojas Ramsey, esposa del entonces General Director de Carabineros Jorge Ardiles Galdames, quien en una entrevista, otorgada a la prensa, durante la actividad señaló: “esta iniciativa pertenecía al propio Presidente de la República de entonces, General Carlos Ibáñez del Campo, quien deseaba que la acción policial y social que desarrollaba la Institución, pudiese llegar a los lugares más apartados del país” (36). Para llevar a cabo esta misión, se destinó esta lancha al Archipiélago de Chiloé, siendo su puerto base la ciudad de Ancud, dependiente de la Primera Prefectura Chiloé.
En suma, era una embarcación de vanguardia para esos años y se le consideró una Tenencia Flotante, cuyo objetivo era recorrer permanentemente los canales de la zona, prestando los servicios requeridos por la comunidad, para dar solución a sus necesidades sociales y policiales.
El Cabo José Vergara Díaz, motorista de la Gloria, zarpó rápidamente en ayuda de la gente que se encontraba en las embarcaciones y de otros que habían sido arrastrados desde sus casas en la costa. Así ayudó a sacar del mar a muchas de estas personas, a la vez apoyó a varios botes los que fue amarrando a su nave para remolcarlos a tierra. Mientras ejecutaba esta maniobra, el mar disminuyó considerablemente su nivel, permitiendo que algunas personas se bajaran y corrieran hacia la costa dejando que otros subieran a la barcaza. En ese momento llegó la segunda ola, de similares características a la primera, llevándose a muchos en su posterior recogida, mientras la Gloria, su tripulante y aquellos que se encontraban a bordo dieron una dura pelea al mar soportando este embate.
La lancha intentó dirigirse a tierra firme, cuando se presentó una tercera ola de entre 10 y 15 metros, ésta arrasó con todo a su paso incluyéndola, con su tenaz tripulante y las aproximadamente 30 personas que iban a bordo. La Revista de Carabineros recuerda que “días después el cadáver del Cabo Vergara apareció en la playa de Huicha, cerca de Ancud, así como los restos de algunos otros desafortunados pasajeros que se hundieron con la lancha” (42).