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Ignacio José de Alcázar, un oficial español al servicio del reino de Chile

Durante el siglo XVIII el Gobernador era la máxima autoridad política en el reino de Chile. Ostentaba además los cargos de Capitán General, es decir conducía a las tropas desplegadas por el territorio y presidía la Real Audiencia, el principal tribunal de justicia en un territorio hispano. Uno de ellos fue Manuel de Amat y Junient, quien tuvo un rol significativo en la vida profesional de Ignacio José de Alcázar, tercer Conde de la Marquina y primer comandante de los Dragones de la Reina.

Este oficial español fue el primogénito de don Felipe del Alcázar y Estupiñán y María Bernarda de Barrios, por lo cual le correspondía suceder a su padre en el título de conde en el señorío de la Fuente del Rosalejo y en el cargo de regidor perpetuo de Cádiz, sin embargo, a pesar de los abolengos familiares la situación económica no era próspera.

Ignacio José se alistó temprano en el ejército y a los 18 años ostentaba el cargo de Alférez de Dragones del regimiento de Parma. Con este título llegó en 1736 al Río de la Plata, en ese entonces lo afectó una gravísima enfermedad que lo obligó a permanecer en su regimiento, en paralelo, consiguió que el Gobernador de Buenos Aires lo ascendiera a Teniente de dragones y con el tiempo se trasladó a nuestro país, donde contrajo matrimonio con doña María de la Concepción Diez Navarrete, una dama de modesta condición con quien tuvo cuatro hijos: María Gertrudis; Andrés José Antonio, quien desempeñó cargos importantes durante la Colonia, como alcalde de Concepción en 1799 y diputado por el mismo distrito hasta 1811, por el bando realista; José Pascual Tadeo y Felipe Pastor.

En 1754 fue nombrado Corregidor de Justicia Mayor y alcalde de minas de Santa Cruz de Triana, hoy Rancagua. En septiembre de 1758, en vísperas de un viaje del Gobernador Manuel de Amat y Junient a Concepción estalló una sublevación de los presos de la cárcel de Santiago la que fue personalmente controlada por el gobernador. En este escenario y próximos al viaje que él realizaría, los vecinos comenzaron a preocuparse, ya que se llevaría los cuatro soldados que conformaban su guardia, dejando a la ciudad sin protección. Frente a este escenario la Real Audiencia le representó que sería peligroso dejar la ciudad indefensa. Luego de analizar la situación, la autoridad decidió organizar una compañía de 50 soldados dragones, para garantizar el respeto de la real justicia y encargarse de su vigilancia.

Para que los españoles se sintieran atraídos por integrar las filas de esta unidad, se les aseguró un sueldo muy superior al de los antiguos funcionarios del Ejército. Amat invitó a sentar plaza a “gente limpia de toda mala raza”, por lo que los interesados debían probar hidalguía para ser admitidos. De inmediato acudió a alistarse la flor y nata de la población de raza blanca. La compañía de Dragones de la Reina quedó organizada el 22 de octubre de 1758, bajo el mando de don Ignacio José del Alcázar tercer Conde de la Marquina. Dos décadas más tarde el rey Carlos III le concedió el grado de Teniente Coronel.

Don Ignacio José de Alcázar falleció en Santiago el 21 de octubre de 1787 y fue sepultado en la iglesia de la Merced.

Actualmente, su labor es recordada a través de un óleo sobre tela correspondiente al pintor chileno Manuel Carvallo, reconocido por sus paisajes y retratos. La obra, en formato rectangular, corresponde a retrato de medio cuerpo y se exhibe en la sala Conquista y Colonia del MHC.