Brigadas escolares: Jóvenes que promueven derechos, deberes y buenos hábitos

Con la asistencia de la más alta autoridades institucionales, cientos de niños de diversas comunas de Santiago, conmemoraron la tradición histórica de las Brigadas Escolares Integrales, antes conocidas como brigadas de tránsito, que hoy suman más de 40 mil jóvenes en todo el país. Sin embargo, su historia se remonta a fines de la década de 1950.
El aumento de vehículos incrementó el número de accidentes de tránsito. El Capitán Sergio Jiménez Zamorano entregó una serie de cifras en un artículo publicado por la Revista de Carabineros correspondiente a marzo-abril de 1955. “Tomaremos como ejemplo la capital de la República, ciudad en la cual se ha observado un incremento inusitado en los accidentes del tránsito, cuyo resultado ha sido, en el año 1953, según el Anuario Estadístico, de 5.665 accidentes, los que han tenido como consecuencias 114 muertes, 858 lesiones graves, 648 lesiones menos graves, 1.996 lesiones leves y 3.049 daños”.
El escenario descrito, más los serios problemas que presentaba la economía nacional, apuntaron a entregar apoyo desde la infancia en materia de prevención de accidentes viales, esperando un impacto positivo en la disminución de las cifras al mediano plazo. Así, el 15 de diciembre de 1958 bajo el Decreto Supremo Nº 17.752 nacen las Brigadas Escolares de Seguridad. En síntesis, fueron ideadas para proteger a los niños de posibles accidentes de tránsito en el trayecto de ida o regreso del colegio.
Esta normativa consideraba tres aspectos: “Enseñanza de las normas que regulan el tránsito; formación de hábitos de seguridad en el tránsito y formación de Brigadas Escolares de Seguridad”. Más adelante, la Ley de Tránsito N°18.290 de 1984, establece en su artículo 30 que el Ministerio de Educación deberá contemplar en los programas de los establecimientos de educación básica y media del país, la enseñanza de la normativa que regula el tránsito, el uso de las vías públicas y los medios de transporte.
Estas brigadas están compuestas por niños, niñas y adolescente voluntarios de “1º básico a 4º año medio. Para formar parte de ella se necesita la aprobación escrita del padre, de la madre, del apoderado, apoderada o del tutor”, explica Conaset. Están coordinadas por un profesor del establecimiento, cuya función es reforzar, orientar, motivar y sensibilizar, a que sus compañeros eviten los posibles accidentes de tránsito.
“Son estudiantes que, de forma voluntaria, ayudan a Carabineros a aumentar la seguridad tanto dentro del colegio, como en su entorno. Para realizar esta labor, generalmente usan cinturones y gorros, o bien terciados y coscachos”, añade Publimetro.
Durante el 2013 Carabineros de Chile en conjunto con el Ministerio de Educación, retomó este proyecto desde una mirada más integral del brigadista, considerando que actualmente existen nuevos temas desde los cuales se puede aportar a la comunidad, agregando a su objetivo inicial el cuidado del medio ambiente, la promoción de vida saludable y la convivencia escolar.
Carabineros de Chile celebra en octubre el “Día Nacional del Brigadista Escolar Integral”, oportunidad en que realizan un juramento. En tanto, la valoración institucional al compromiso de estos niños y jóvenes es tan importante que en 1988 se diseñó un sello postal en honor a las Brigadas Escolares de Seguridad, cuyo terciado y coscacho distintivo se encuentra inserto en el imaginario colectivo, como sinónimo de una exitosa instancia educativa.
En mayo de este año (2023), 678 niños y niñas provenientes de 38 establecimientos, juraron como Brigadistas Escolares, quienes contribuirán a la formación de sus pares, transmitiendo sus conocimientos, virtudes, responsabilidad y compromiso.