Claudio Arrau León (1983)

Reconocido como uno de los mejores
pianistas de todos los tiempos, Claudio Arrau dio muestras de un talento
excepcional a muy temprana edad. Su madre,
Lucrecia León, profesora de piano, encaminó sus primeros pasos y aprendizajes.
Su capacidad fue tal, que a los cinco años realizó su primer concierto en el
Teatro Municipal de Chillán. Hacia 1909, completó una serie de audiciones ante
congresistas y el Presidente Pedro Montt las que se tradujeron en la entrega de
una beca que duró 10 años, para cursar estudios en Alemania.
En 1913, a partir del acercamiento que se produjo con
Rosita Renard, quien se encontraba estudiando piano en la misma ciudad europea,
se vinculó al maestro Martín Krause. La relación entre ambos trascendió el
carácter académico.
En Berlín dio su
primer concierto público y el éxito que alcanzó lo llevó a realizar su primera
gira por los principales teatros en Alemania y en todos ellos conquistó al
público con sus notables interpretaciones. En París y Viena ejecutó de memoria
todo el Clavecín Bien Temperado de J.S. Bach, compuesto de 48 preludios y 48
fugas, hazaña que había intentado Beethoven y que jamás pudo realizar en
público.
En 1926 obtuvo una cátedra en el Instituto Hern, el más alto plantel de enseñanza musical en Alemania. En 1943, producto de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Estados Unidos, gracias a una gestión de la Embajada de Chile en Alemania. A su llegada recorrió parte del país dando más de treinta conciertos con llenos absolutos. Recibió el gran trofeo “Filadelfia Bowl” y en la ceremonia tocó el “4° Concierto de Beethoven en Sol Mayor”. De acuerdo a la crítica, la interpretación de Beethoven que hacía Claudio Arrau era la mejor del mundo.
El repertorio
recurrente de Arrau estuvo conformado por obras de Beethoven, Schubert,
Schumann, Liszt, Chopin y Debussy. De autores chilenos solo se podrían contar
unas pocas obras de Pedro Humberto Allende,
Acario Cotapos y Domingo Santa Cruz. Su vida
estuvo marcada por la ausencia de Chile. Hizo
fama mundial tocando obras de los mayores compositores europeos, fijó
domicilio en Nueva York y realizó viajes constantes por todo el mundo. En
1983 el gobierno de Chile le otorgó el Premio Nacional de Artes, mención
Música. Un año más tarde, realizó el que sería su último viaje a Chile,
oportunidad en la que ejecutó un gran concierto en el Teatro Municipal de
Santiago, el que fue televisado a todo el país.