Alfonso Letelier Llona (1968)

Es considerado uno de los principales artífices del
desarrollo de la composición e institucionalidad cultural del siglo XX chileno.
Estudió en el Conservatorio Nacional de Música de la Universidad de Chile con
el Profesor Raúl Hügel en piano y Pedro Humberto Allende en Armonía y Composición. Su
actividad musical se orientó básicamente a la creación de piezas religiosa y
corales (con influencia del canto gregoriano y el canto modal en general),
dándole particular importancia a la poesía y el texto como vehículos para la
transmisión del mensaje musical, aunque nunca abandonó los formatos
grandes (gran orquesta) e intermedios (orquesta de cámara).
Tanto su música sinfónica como su música de cámara (para piano y vocal) se mueven con versatilidad entre diversos estilos: el impresionista, de gran riqueza tímbrica y orquestación colorida como Aculeu (1955); el neoclásico, menos común y más cercano a la tradición clásico romántica Divertimento (1955) y el contemporáneo, que incluye algunos procedimientos como el dodecafónico Preludios vegetales (1967-1968), con ciertas libertades técnicas y también las técnicas seriales La alfombra de la vida (1968), entre otras. A pesar de su diversidad estilística, fue básicamente un compositor de estética expresionista, cercano siempre al dramatismo, la hondura, la angustia y la visión profunda y atormentada de la vida que emana desde la metafísica del hombre y de la misma profundidad de la naturaleza.
Ocupó muchísimos cargos de importancia durante su vida
académica en la Universidad de Chile, fue presidente de la Asociación Nacional
de Compositores (1950-1956), miembro de la directiva del Instituto de
Investigación Musical (1951 y siguientes), tres veces decano de Facultad de
Ciencias y Artes Musicales de la U. de Chile (1952-1962), director de la Revista
Musical Chilena (1957) y vicerrector de la misma casa de estudios, en el
período de Juan Gómez Millas (1953-1963). Asimismo, colaboró en la creación de
la Escuela Moderna de Música (1940), junto a René Amengual, Juan Orrego Salas y
Elena Waiss. En 1966 fue admitido como miembro de la Academia de Bellas Artes.
En 1968 recibió el Premio Nacional de Arte mención Música.