Radiopatrullas: historia e identidad

La existencia de vehículos motorizados en Carabineros de Chile se remonta a la creación de la Institución e incluso a las precursoras. De acuerdo a la evidencia documental escrita y fotográfica, ya las Policías Fiscales empleaban motocicletas y camiones o camionetas destinadas a transporte de personal o tareas logísticas. En tanto, el Cuerpo de Carabineros poseía medios logísticos similares, situación que se mantuvo luego de la fusión, un ejemplo de ello es Chevrolet International Coach 1929, el cual prestó servicios en la Institución y, dadas sus dimensiones, fue de gran utilidad en el transporte de Carabineros.
Sin embargo, estas unidades utilizaban de preferencia el caballo para movilizarse, debido a los costos que significaba la compra y el mantenimiento de los vehículos motorizados. Con los años, producto de los avances tecnológicos y la industrialización, éstos se hicieron más accesibles y son identificados como una herramienta eficiente, para entregar a la ciudadanía una respuesta policial rápida y oportuna. De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, éste es “un coche policial que se comunica por radiotelefonía” de ahí su denominación.
En 1950, el crecimiento de las principales ciudades del país, implicó contar con mayor presencia policial, frente a ello la Dirección General de Carabineros, por Orden General N° 399 del 14 de marzo de 1950, organizó el Servicio de Radio-Patrullas. De acuerdo al citado documento, publicado en el Boletín Oficial N°1.187, la creación de este servicio se realizó en función del informe emitido por una comisión integrada por el Jefe de la III Zona Santiago, General Ricardo Romero Meza, los Tenientes Coroneles Luis Jaspard da Fonseca y Víctor Navarro Bravo y el Capitán David Montalva Fernández.
Así, el 7 de junio de 1950, el entonces Mayor Emilio Oelckers Hollstein asumió la dirección de la 17ª Comisaría de Radiopatrullas. La misma Orden General, firmada por el General Director Humberto Meneses Madrid, señalaba que “la misión primordial del servicio de Radio-Patrullas será la de acudir con la mayor celeridad a los sitios en que sea requerida su presencia en hechos de carácter policial”, aclarando que la Comisaría estaría a cargo solo de las de las primeras diligencias, pero que el término de los procedimientos sería de responsabilidad de la unidad del área jurisdiccional donde ocurriese el hecho.
Así, rápidamente, el automóvil se transformó en una herramienta indispensable en la labor de Carabineros de Chile, pues gracias a él se incrementó la cobertura de los delitos. Los santiaguinos, al ver los icónicos radiopatrullas blancos con negro, según lo establecido por la Dirección General, los denominaba “pingüinos”, quedando prohibida esta combinación de colores para los vehículos particulares.
Los primeros Ford corresponden a 1950 y estaban: “equipados con radiotelefonía, con motor reforzado de 100 caballos de fuerza, resortes, ejes y mecanismos diseñados para resistir los golpes de malos caminos; arranque automático; sistema especial de refrigeración, generadores eléctricos y acumuladores de energía para reabastecerse a sí mismos en largos recorridos” (45), explica la Revista de Carabineros de entonces. Para ello se habilitaron teléfonos especiales destinados a recibir las llamadas, lo cual también constaba en la Orden General citada. En sus primeros días de marcha blanca, la unidad tuvo un término medio de 42 intervenciones diarias, lo cual era bastante para un servicio recién estableciendo.
El 23 de octubre de 1951, mediante Orden General N°1.077 publicada en el Boletín Oficial N°1.271 se organizaron dos nuevas secciones de Radiopatrullas, una en Valparaíso y otra en Santiago bajo la dependencia directa de las respectivas Prefecturas Generales de esas ciudades. Lo anterior, de acuerdo al mismo documento, debido a que el desarrollo del servicio en Santiago, satisfizo plenamente los fines para los cuales fue creado, siendo de interés institucional su expansión, para cubrir todas las ciudades del país, para lo cual el Gobierno dispuso fondos destinados a la adquisición de nuevos vehículos.
El servicio de radiopatrullas se desarrolló rápidamente. El 5 de febrero de 1952, el General Director Humberto Meneses crea una segunda unidad de Radiopatrullas, la 18ª Comisaría, la cual quedaría supeditada, junto a la 17ª, al Grupo de Radiopatrullas dependiente de la Prefectura General de Santiago.
El Mayor Emilio Oelckers Hollstein, entonces designado Jefe del Grupo, explica en su artículo “Importancia de los radiopatrullas”, que en 1952 contaba “con un cargo de 72 vehículos, una Central de Radio, que es nervio y guía del servicio, con una planta especial de teléfonos que atiende a una vasta red propia interna y externa, con sistemas de intercomunicadores, amplificadores y cuanto en elementos modernos se hace necesario para asegurar su rapidez de acción y su unidad de procedimiento” (39). Incluso el artículo mencionaba cifras concretas: “Radiopatrullas de Santiago realizó durante el año 1950 total de 13.050 intervenciones policiales, las que en el año 1951 se vieron elevadas a la apreciable cantidad de 31.337; de ellas, 19.202 fueron detenciones; 2.680 denuncias por hechos de importancia y las restantes se extienden a todos los demás aspectos funcionarios de comodidad pública y de auxilio social que cumple nuestra Institución” (40).
Actualmente, el parque automotor de Carabineros de Chile cuenta con una amplia gama de vehículos, orientados a mejorar los tiempos de respuesta ante los requerimientos de la comunidad, a lo largo del territorio nacional. En tanto, la organización de los servicios de tránsito y carreteras dependen de la Zona Tránsito, Carreteras y Seguridad Vial, a ella reportan la: Prefectura Técnico y Seguridad Vial O.S.2., la Prefectura del Tránsito y Carreteras, Prefectura de Investigación Accidentes de Tránsito (SIAT), la 32ª Comisaría del Tránsito y la 57ª Comisaria Motorizada, entre otras reparticiones y unidades.
Vehículos del recuerdo
Ford Custom 51: Este modelo corresponde a los primeros ocho automóviles de la 17ª Comisaría de Radiopatrullas. Se trata de un vehículo de fabricación americana que hizo reflotar a la Ford Company, luego de la Segunda Guerra Mundial. Este sedán de cuatro puertas -con un peso de 1,5 toneladas y un motor V8 de 3,9L con 95-100 hp- alcanzaba una velocidad máxima de 180 km/h.
Chevrolet Opala: prestó servicios en distintas unidades. Sus modelos variaron en el tiempo, sin embargo, su prestancia y uso lo centra como uno de los modelos clásicos, más utilizados por la Institución, transformándose en un referente hasta la década de 1990. Fabricado en Brasil por Chevrolet, bajo el alero de General Motors Company, entre 1969 y 1992, fue un vehículo de gama media, con una potencia de motor de 140 hp con cilindrada de motor 4.0 y un peso de 1600 kg, alcanzaba una velocidad máxima de 170 km/h.
IKA Renault Torino: automóvil de fabricación argentina, bajo la producción de Industrias Kaiser Argentina y Renault Argentina, contaba con un motor de 3.7 cc y 143 hp, un peso de 1,4 toneladas y alcanzaba una velocidad máximas de 200 km/h. Brindó servicios en la Prefectura de Radiopatrullas.
BMW E28: automóvil de fabricación alemana, prestó servicios en las unidades especializadas de la Prefectura de Tránsito y Carreteras. Poseía con motor de 2.0 cc y 123 hp, un peso de 1,2 toneladas alcanzando una velocidad máxima de 185 km/h.
Hoy en las calles del país sobresalen camionetas Nissan NP300 doble cabina de tracción 4×4, 36 Durango Police 4×2 y 91 Durango Police 4×4, éstos últimos cuentan con chasis reforzado, además de un completo equipamiento electrónico de asistencias al volante y el Dodge Charger Police. Sin embargo, el público que visita el Museo disfruta rememorando el tiempo en que vieron los antiguos vehículos que componen esta colección.
Este reportaje se realizó gracias a la colaboración del Teniente de Carabineros Yanlot Zúñiga Bustamante.
Bibliografía
Archivo del Estado de Hamburgo. Fondo Asuntos de Policía N°794, carpeta 331-1II.
Boletín Oficial de Carabineros de Chile, 1950 – 1952.
Carabineros de Chile. “Una nueva comisaría se organiza”. Revista de Carabineros de Chile N°24 (1950):45-52.
Carabineros de Chile. “Policía Moderna”. Revista de Carabineros de Chile N°32 (1951):36.
Oelckers, Emilio. “Importancia de los radiopatrullas”. Revista de Carabineros de Chile (1952):39-40.