Triunfos y medallas de Óscar Cristi Gallo: Un Orgullo Institucional
El General Óscar Cristi Gallo, para muchos fue un eximio equitador que llegó a ser General Subdirector de Carabineros, pero ¿Valoramos realmente su carrera deportiva, más allá de aquella jornada de agosto de 1952, en que obtuvo dos medallas de plata para Chile en tierras finlandesas. Para entender cómo llega Cristi Gallo a la pasión por la equitación, es importante saber que su afición por los caballos surgió mientras realizaba el servicio militar. La revista Estadio explica que en el Regimiento “Coraceros”, éstos eran el centro de la vida diaria: “Cristi vivió con ellos, durmió junto a ellos, se levantó a cuidarlos de noche, los lavó, cepilló y arregló por las mañanas, los llevó de la brida, los montó, los hizo desfilar en las revistas, aprendió a hablarles y a entenderlos” (N°486, 12-13).
Dentro de la Escuela de Carabineros, la Instrucción Montada era parte de las asignaturas que se impartían, por lo mismo, en su interior practicó de mejor forma los deportes ecuestres. En 1938, mientras se encontraba destinado en la 4ª Comisaría Iquique, decidió competir junto a la yegua La Palmera en el concurso hípico de la Semana Antofagastina. De acuerdo a Estadio, el caso develaría dos cualidades del Oficial que fueron significativas en sus triunfos posteriores: entusiasmo y tenacidad. Este evento corresponde a su primera actuación competitiva.
Triunfos internacionales
El inicio de la carrera internacional de Óscar Cristi fue en el torneo de equitación organizado por la Federación Nacional de Deportes Ecuestres desarrolladas en Viña del Mar y Santiago en el año 1942 donde Cristi Gallo tuvo una actuación sobresaliente, marcando el inicio de la carrera a nivel internacional del equitador, quien será pieza fundamental del equipo de Carabineros y se transformará en un rostro conocido fuera de nuestras fronteras. En septiembre de 1949 Cristi obtendrá su primer gran triunfo internacional, durante una gira a Estados Unidos, incorporándose a la categoría mundial de equitadores. Si bien en Chile ser deportista nunca ha sido fácil, la equitación tiene una complicación que probablemente está presente en muy pocos deportes: cuidar la salud física y el bienestar del caballo. Los sacrificios que hacían los equitadores que, como Óscar Cristi, viajaban a competencias en el extranjero eran importantes.
En Nueva York, en el Madison Square Garden la noche del 3 de noviembre de 1949 el Capitán Cristi obtuvo una gran victoria en West Point, interrumpiendo la racha de seis victorias seguidas, obtenidas por Mariles en la competencia. El Mercurio del 5 de noviembre señalaba que “tanto Cristi como Mariles terminaron el difícil recorrido de once obstáculos sin faltas, pero el jinete chileno recorrió la distancia en menor tiempo. El tiempo empleado por Cristi fue de 37 segundos, y el de Mariles, 39,9 segundos.
Los Juegos Olímpicos de 1952
La carrera hacia los Juegos Olímpicos de Helsinki se inició con una preparación más extensa, que terminaría dando sus frutos. El equipo chileno realizó una gira de acondicionamiento por Europa lo que benefició la aclimatación de los caballos, además se formó una selección en base a un torneo durísimo. La difícil prueba de selección, de acuerdo a lo mencionado por el Coronel Yáñez a Estadio, no podía ser sorteada por más de uno o dos jinetes con menos de 32 faltas: “El pronóstico de Yáñez resultó exacto. Solo un jinete y un caballo: el Capitán de Carabineros Óscar Cristi, montado en ‘Bambi’, realizaron la tarea exigida. Y, como de todos modos el equipo chileno tenía que llevar un hombre más, desapareció la necesidad de ir a otra selección” (N°438,13). Finalmente, Cristi sacaba boletos a Helsinki junto a los campeones panamericanos de 1951.
A diferencia de lo que ocurrió con Estados Unidos, esta vez los caballos fueron enviados casi con un año de anticipación para las competencias, que se desarrollaron entre fines de julio y principios de agosto de 1952, lo cual es un avance importante en relación al cuidado y aclimatación de los animales. El 19 de julio de 1952 se inició al certamen en el Estadio Olímpico de Helsinki. En la instancia deportiva 4.955 atletas de 69 países se congregaron para participar de las 149 pruebas de 17 deportes, entre ellos la equitación.
El deporte ecuestre demandó trabajo de parte del Comité Organizador, porque constaba de tres pruebas: doma clásica o adiestramiento, que se desarrolló entre el 28 y el 29 de julio y donde, por primera vez en la historia, hombres y mujeres compitieron por las mismas medallas; el Evento de Tres Días que se realizó entre el 30 de julio y el 2 de agosto; y finalmente, el Prix des Nations o Premio de las Naciones llevado a cabo el 3 de agosto en el Estadio Olímpico de Helsinki, una de las pruebas de cierre del evento deportivo.
Tras una brillante actuación del equipo chileno y el paso de los rivales directos como Francia, Italia, Portugal, Brasil y Estados Unidos, Chile se consagró en el segundo lugar con su primera medalla de plata en esta competencia, la segunda desde que el maratonista Manuel Plaza alcanzara, 24 años antes, la presea plateada en Ámsterdam, Holanda, 1928.
Este escenario abrió la posibilidad de una hazaña, obtener otro galardón, pues en la competencia individual se encontraba Óscar Cristi empatado en el primer lugar con ocho puntos con Pierre Jonquères d’Oriola de Francia, Wilf White de Gran Bretaña, Eloy de Menezes de Brasil y Fritz Thiedemann de Alemania. Los obstáculos fueron subidos para el desempate. El primero en competir fue D’Oriola junto a Alí Babá, cumpliendo el recorrido sin faltas, en tanto, Cristi, junto a Bambi, pasó con cuatro puntos en contra. Thiedemann, Menezes y White tuvieron ocho faltas cada uno, pero el alemán y Meteor fueron mucho más rápidos por lo que el cuadro quedaba con Francia en el primer lugar, Chile segundo y Alemania tercero.
El reportero de la revista Estadio, Pepe Nava (José María Navazal), entrevistó al vicecampeón olímpico quien señaló respecto a este momento que tras el empate: “vino mi gran golpe de suerte. Le tocó empezar a D’Oriola, y pasó la cancha en cero falta y con un tiempo fantástico. Yo sabía que ‘Bambi’ no podía igualarlo. Es un caballo lento, muy seguro en los obstáculos, pero de escasa velocidad. Lanzarme a pelear el primer puesto era locura. Calculé entonces que debía buscar el segundo lugar. Saltar tranquilo, sin apuro y tratando de hacer cero falta. Salió White; ilusionado con la posibilidad de ser campeón, se lanzó a gran velocidad, y cometió doce faltas. Salió llorando de la cancha. Un rival menos. Lo seguí yo, tranquilo, sin apurarme, y pasé en cuatro faltas. Ya tenía el segundo puesto, si los demás insistían en pelear el primero. Y así lo hicieron” (N°486, 30), revelando la estrategia que usó para asegurar una medalla olímpica.
En la misma entrevista Cristi señala que todas las enseñanzas que lo llevaron al triunfo las recibió, durante su formación en el primer Curso de Maestros de Equitación que se dictó en la Escuela de Carabineros, entre 1942 y 1943. Lo que engrandece aún más lo realizado por los jinetes chilenos y en particular por el Capitán Cristi, tiene que ver con la franca desventaja en que competían con relación a los demás países. Chile carecía de la totalidad de sus caballos ya que durante la travesía por el Atlántico se rompieron las pesebreras, se soltaron los animales, rodando por la bodega del barco, golpeándose con las paredes y entre sí, provocando la muerte de uno de los caballos y la ceguera de otro, quedando solo tres caballos para competir: Pillán, con quien compitió Mendoza, Lindo Peal de Echeverría y Bambi de Cristi. En síntesis, el 3 agosto de 1952, fecha en que se desarrolló la competencia, Chile contaba solo con tres jinetes y el mismo número de caballos, lo justo que se podía inscribir para el certamen. Esa tarde, los pocos chilenos que se encontraban en el Estadio Olímpico de Helsinki entre medio de los 70 mil espectadores, disfrutaron y se emocionaron de ver el nombre de su país en el tablero y su bandera en lo más alto del recinto deportivo. De hecho, el enviado especial de El Mercurio, Simón Stancic, señala en una nota publicada al día siguiente: “En los momentos en que el capitán Óscar Cristi subió a la tarima para recibir el premio correspondiente al vicecampeón individual olímpico, se oyó en las tribunas el característico ‘Ceacheí’, que puso una nota de viva emoción entre los chilenos asistentes” (23).
Los subcampeones olímpicos regresaron a Chile el 27 de agosto de 1952, fueron recibidos en el Palacio de La Moneda por el Presidente de la República Gabriel González Videla. El 30 de ese mes, el Capitán Cristi partió junto a su familia, a la que no veía desde enero, a disfrutar de un fin de semana de descanso a Valparaíso. Allí aguardaba la población porteña y los Jefes y Oficiales de Carabineros de Valparaíso y Viña del Mar, que lo esperaron en la Estación Puerto con una banda de músicos, así como una representación de la prensa y del Valparaíso Paperchase Club. Sin duda todos los logros y medallas alcanzados por Cristi Gallo muestran un camino a seguir marcado por la perseverancia y el tesón, que enorgullecen tanto a Chile como a la institución de Carabineros de Chile.