Comandante Manuel Chacón Garay, un ejemplo de profesionalismo policial

El triunfo conservador en la Guerra Civil de 1829-1830 puso fin a los problemas políticos imperantes y creó una sólida institucionalidad. En este marco, asume el gobierno, a partir de 1831, el General Joaquín Prieto Vial, quien consolida como hombre fuerte del Ejecutivo al Ministro del Interior Diego Portales. En este contexto histórico crece Manuel Javier Chacón Garay, quien nació en Santiago el 3 de noviembre de 1824, hijo de Pedro Chacón D’Aguiar y Rosa Garay, Estudió en el Colegio San Francisco, sin embargo, siendo muy joven abandonó su formación secundaria, para ingresar en 1838 al Cuerpo de Serenos, con el grado de Cabo. Contrajo matrimonio con Mercedes Alarcón y Figueroa, con quien tuvo dos hijos: José y Domingo; luego de enviudar, se casa con su cuñada, Natalia.
Desde su entrada al servicio destacó por su dedicación, lo que demostró durante toda su carrera. Para 1849 ya ostentaba el grado de Teniente, el que mantuvo un año más tarde, cuando el Cuerpo de Vigilantes de la Capital, organización policial creada por el Ministro Portales, se fusionó con el de Serenos, para originar la Brigada de Policía, en la cual conservó el grado. En 1853 fue nombrado Sargento Mayor, grado que hoy corresponde a Mayor, ascendiendo en marzo de 1854 a 2º Comandante de la Brigada de Policía.
Las buenas actuaciones de esta institución le valieron el respeto de sus conciudadanos, no obstante requería reformas. Diez años después de su creación, el 1 de enero de 1860, se concretó el cambio y pasó a denominarse Guardia Municipal de Santiago, conservando la naturaleza militar de la Brigada. En tanto, Chacón asumió la dirección con el grado de Comandante, el que mantuvo hasta el día de su muerte.
Entonces, la Municipalidad de Santiago acostumbraba anualmente a premiar a los servidores públicos reconocidos por la gente. En septiembre de 1861, el galardón fue otorgado a Chacón por su celo y consagración al servicio durante su larga carrera. Recibió un parche de honor con el lema “Constancia y Lealtad” y la asignación de una gratificación de 300 pesos al año.
Durante su carrera destacó como un hombre con don de mando, poseedor de todas las habilidades necesarias para comandar la policía. Siempre cumplió las órdenes que se le impartieron y lo hizo de la mejor manera, pues su laboriosidad, perspicacia y espíritu cívico lo predisponían a ello. Fue firme y severo, lo que armonizaba con su buen trato y disposición para sus subalternos. Demostró su preocupación por el bienestar social de su personal; reorganizó las dotaciones bajo un solo comando, para formar el espíritu del cuerpo y fomentar la doctrina. También realizó modificaciones en los turnos de trabajo, distribuyendo en tres los dos que existían hasta ese momento, lo que sin duda alivianaba las horas de trabajo de los policías.
Sobresale su persistente labor por disminuir la delincuencia, para ello creó la Sección de Seguridad conocida como Policía Secreta, la que generó mucha polémica en la época, pues proponía la inclusión de ex delincuentes como parte del personal. Otros antecedentes hablan que Chacón habría pagado con su sueldo a los primeros agentes.
En tanto, durante la administración del Intendente Benjamín Vicuña Mackenna se agregaron cambios en la distribución de los policías por la ciudad y se estableció la estadística policial, un hecho inédito hasta ese momento que consistió en llevar una cuenta detallada de los delitos, su origen, sus hechores y un largo número de cifras con el fin de obtener conclusiones respecto a cómo funcionaba el crimen.
Cuando se declaró la guerra a Perú y Bolivia, el 5 de abril de 1879, la Policía de la Capital estaba a cargo del Comandante Chacón, quien envió al escenario a los más capacitados componentes de la Guardia Municipal, bajo el nombre de Batallón Bulnes, al que cupo una relevante participación durante el conflicto. Si bien su resentida salud y su avanzada edad no le permitieron acompañar a sus hombres, no titubeó en enrolar a sus hijos para defender a Chile. Domingo muere en batalla y José se queda en Lima donde se casa con Eva Eyacuriaga.
Durante el enfrentamiento mantuvo contacto permanente con sus soldados y oficiales, para estar al tanto de los acontecimientos y del desenvolvimiento de la guerra. El Comandante Chacón murió en Santiago en 1880; mientras sus policías defendían la soberanía en el norte.