De la Brigada de Policía a la Guardia Municipal, una etapa de modernización

“El comienzo del segundo período de Bulnes marcó el inicio de la formación de los primeros núcleos opositores a la vida portaliana de gobiernos fuertes”, a mediados del siglo XIX, explica Carlos Aldunate en la Nueva historia de Chile. Al proclamarse la candidatura presidencial de Manuel Montt Torres, se produjo una fuerte agitación social. Finalmente, las elecciones se realizaron y Montt salió electo Presidente de la República, asumiendo el 18 de septiembre de 1851.
En noviembre de 1850, el Presidente Manuel Bulnes dictó un decreto que disolvía la Sociedad de la Igualdad, fundada a fines de marzo de ese año por Francisco Bilbao y Santiago Arcos, y propuso una nueva configuración a Vigilantes y Serenos, como se había hecho con anterioridad en diferentes ciudades del país. Así, el 27 de diciembre de 1851 se disolvieron ambos cuerpos estableciendo en su reemplazo una Brigada de Policía, conformada por una Plana Mayor, tres compañías de caballería de 270 hombres y una de infantería de 100 hombres. Mientras; en materia administrativa y económica quedó organizada siguiendo la estructura del Ejército. Por su parte, el vestuario, los caballos, las monturas y el forraje correrían por cuenta del municipio y no de los policías; mientras el armamento y su reparación, lo asumió la maestranza.
La Brigada de Policía se originó a través de un Decreto Supremo del Gobierno y entró oficialmente en funciones el 22 de enero de 1851. Sin embargo, su creación generó cierto rechazo. La oposición política la recibió con duras críticas: no la veían como a una institución que garantizara la seguridad, sino más bien como una maquinación del Gobierno para aumentar disimuladamente la fuerza del ejército permanente, sin control del Congreso como establecía la Constitución de 1833, pues al ser municipal no pasaba por esa regulación.
Esta institución intervino en los acontecimientos de carácter político que entonces impactaron al país. El 20 de abril de 1851, antes de las elecciones presidenciales programadas para junio, el contendor de Manuel Montt, General José María de la Cruz, de tendencia liberal, inició una revolución en Concepción y, posteriormente, en La Serena. Frente a ello, fue necesario reforzar la fuerza de la Brigada de Policía, para lo cual la municipalidad organizó dos compañías de infantería. El General Cruz fue vencido en Loncomilla el 8 de diciembre y en La Serena el levantamiento terminó el 31 del mismo mes.
El 12 septiembre de 1852 estalló un intento fallido de un motín militar en Santiago. Tres días después, el Intendente propuso a la municipalidad el aumento de la fuerza de la Brigada y sus sueldos, fundamentando que era la encargada de mantener el orden, para lo cual era necesario que las rentas pagadas a sus miembros fuesen las correctas y así contar con gente de absoluta confianza.
Otro problema fue el escaso número de guardianes, que no alcanzaban para custodiar la ciudad de manera eficiente. Se le pidió al Gobierno crear un batallón de 448 hombres, a lo que se negó y solo autorizó que la municipalidad hiciera las reformas pertinentes con sus propios fondos, lo que significó el aumento de la dotación en 40 hombres. En tanto, los sueldos se elevaron tal como el Intendente había estipulado.
La Guardia Municipal
La evolución de la Policía en Chile condujo a que la Brigada de Policía fuese reemplazada por la Guardia Municipal de Santiago, el 1 de enero de 1860, manteniendo el carácter militar de su predecesora, sustentado en todas las prescripciones establecidas en la Ordenanza General del Ejército, para los cuerpos de línea, debiendo su Comandante vigilar que sus subalternos conocieran las obligaciones establecidas a fin de hacerles responsables de su incumplimiento.
En este período la policía inició su proceso de modernización gracias a las innovaciones introducidas por el Intendente Francisco Bascuñán Guerrero, quien impulsó medidas de mejoramiento al sistema de servicio; a las condiciones materiales de los cuarteles y a enriquecer la calidad de la alimentación. Además, por primera vez se establecieron requisitos claves para quienes desearan incorporarse como miembros activos del Cuerpo. La buena conducta y salud, además de contar con más de 20 y menos de 45 años de edad, no haber sido procesado y, en lo posible, saber leer se hacían trascendentales a la hora de elegir miembros capaces de formar filas en la Guardia Municipal.
Tan importante fue contar con miembros intachables, que se hizo una recopilación de todas las disposiciones de policía vigentes desde 1830 a 1859 en un solo texto, lo que facilitó su conocimiento y aplicación, por parte del personal. Además, se dictó un reglamento de uniformes. El 10 de febrero de 1860 se otorgó tenidas de parada y de diario a los oficiales y a la tropa. Otra normativa importante fue la de ascensos, los que se realizarían de forma gradual, al mismo tiempo, se fijó un mínimo de permanencia en el Cuerpo para optar a una promoción.
En 1875 Benjamín Vicuña Mackenna, como Intendente de Santiago, continuó con este proceso que pretendía renovar desde el cuartel central, que ya estaba en construcción, hasta los capotes de los soldados, para lo que se pidieron modelos a Inglaterra y Estados Unidos; incluyendo su carácter, que ya no debía ser más militar, sino civil, lo cual, sin embargo, no se conseguiría hasta 1889 cuando la Guardia Municipal sea reemplazada por la Policía de Seguridad.
A pesar de las dificultades administrativas y financieras, Vicuña Mackenna trabajó junto a Manuel Chacón Garay, quien asumió la comandancia de la Guardia Municipal en 1864. Dentro de su gestión reprimió el bandidaje; creó la Sección de Seguridad conocida como Policía Secreta, llegando a pagar incluso con su propio sueldo a los primeros agentes y modificó los turnos de trabajos distribuyendo los dos existentes en tres. Más adelante, hacia 1879, organizó el Batallón Bulnes, el cual luchó al mando del Comandante José Echeverría Lazo en la Guerra del Pacífico.