Cuerpo de Gendarmes para las Colonias: una gestión exitosa en beneficio de la armonía nacional

A partir de la década de 1850 y con el objetivo de ocupar y hacer producir territorios al sur del Biobío, el gobierno del Presidente Manuel Montt Torres inició un proceso de colonización orientado a ciudadanos extranjeros, principalmente alemanes, quienes comenzaron a habitar la zona comprendida entre Valdivia y Llanquihue. Con los años, producida la incorporación efectiva de La Araucanía, colonos extranjeros de otras latitudes llegaron formándose colonias desde la provincia de Arauco al sur.
En tanto, durante la misma década comienza una serie de enfrentamientos armados: en 1851, 1859 y 1891 entre chilenos-guerras civiles y en 1866 y 1879 con países extranjeros, España y una alianza de Perú y Bolivia respectivamente, lo cual dejó muchos soldados veteranos en situación de cesantía tras el desarrollo del conflicto. Lo mismo ocurrió ante la incorporación de La Araucanía, cuyo impacto generó desplazamiento de gente que ocupaba las zonas en tensión. Todo lo anterior, provocó que un grupo importante de personas en situación vulnerable se dedicara al bandolerismo como forma de vida, atacando fundamentalmente las colonias que se estaban instalando al sur del país.
Además, no existía una policía rural formal aunque se reconocía por parte del gobierno, los problemas asociados a no tener una vigilancia activa de los campos y caminos públicos. No obstante, la falta de recursos económicos y las ineficientes políticas implementadas al respecto, así como el uso del Ejército para labores de mantenimiento del orden público, tarea para la que no estaban preparados, significó que a fines del siglo XIX los campos estuvieran prácticamente desprotegidos.
Por esta razón, el gobierno del Presidente Jorge Montt Álvarez, decidió organizar un servicio especial de policía, para dar seguridad a los colonos. Ello lo anunció al Congreso en su mensaje del 1 de junio de 1895 y en la Ley de Presupuesto, para el año siguiente, se consideraron los fondos para organizar un servicio de Gendarmes de las Colonias, que dependería del Ministerio de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización. Éste, tendría asiento en la ciudad de Temuco y estaría conformado por un Comisario, dos Inspectores, cuatro Sub-Inspectores y 50 guardianes, quienes velarían por la seguridad en las provincias de Arauco, Malleco, Cautín, Valdivia, Llanquihue y Chiloé.
Los requisitos para ingresar a este cuerpo eran: tener entre 18 y 45 años, saber leer y escribir, acreditar conducta moral, no haber estado nunca preso y contar con la robustez y capacidad física necesarias para cumplir con las labores del cargo.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores solicitó al de Guerra que el Capitán de Ejército Hernán Trizano Avezzana se hiciera cargo de la organización y mando del nuevo cuerpo. Todo esto, dado el brillante desempeño del Oficial en el Escuadrón de Húsares de Angol, en la Policía Rural de Temuco y en la de Malleco.
La nueva Unidad entró en funciones el 16 de junio de 1896, fecha en que se envió el primer piquete a Lonquimay, regularizándose a partir de ahí la distribución de Gendarmes en las zonas de conflicto. En tanto, la gestión de éstos superó las expectativas, rápidamente garantizaron la seguridad y la tranquilidad en la zona. Se dividieron en tres secciones con asiento en Angol, Temuco y Ancud respectivamente; mientras su reglamento definitivo se dictó en 1899. Éste estipulaba que la función de los Gendarmes de las Colonias era: la vigilancia y la seguridad de las colectividades en todo el territorio de colonización. Sin embargo, la tarea de los hombres iba mucho más allá, por ejemplo tenían la obligación de reparar los puentes y caminos que servían de conexión entre las comunidades.
Fuera de la ciudad también estaban facultados para ejecutar las órdenes de arresto, prisión o allanamiento que se decretaran, así como proporcionar los datos necesarios para esclarecer los delitos y aprehender a los delincuentes. Como deber reglamentario, tenían que actuar con firmeza y moderación a la vez, quedándoles estrictamente prohibido maltratar a las personas. En cuanto al uso de las armas, el reglamento los facultaba para emplearlas solo en defensa propia.
Si bien la labor de los Gendarmes de las Colonias fue amplia e importante, no estuvo exenta de dificultades. La escasez de fondos obstaculizó severamente la adquisición de los implementos necesarios para su labor: utilizaron los uniformes y montaron caballos dados de baja por el Ejército, por lo que el Intendente de Cautín, hizo notar al Ministro de Relaciones Exteriores la necesidad de incorporar elementos acordes a los servicios prestados por los Gendarmes. A fines de 1897 el mismo Ministro solicitó al Ministerio del Interior los uniformes de tropa de los policías de Santiago excluidos del servicio. Solo en 1906 se aprobó, mediante Decreto Supremo Nº 583, el Reglamento de Uniformes para el Cuerpo de Gendarmes de las Colonias, pero esta unidad dejó de existir al año siguiente, cuando se incorporó al Cuerpo de Carabineros.
Hernán Trizano Avezzana
Existen diversas visiones sobre cuándo y dónde nació el Capitán Hernán Trizano Avezzana. Algunos autores postulan que fue en 1860, a bordo de un barco en Valparaíso, otros que nació en Italia unos años antes, debido a una partida que posiblemente correspondería a uno de sus hermanos. Sin embargo, el mismo Trizano declaró haber nacido en Uruguay al pedir una solicitud a la Gobernación de Temuco, posteriormente se educó en Italia. Adulto, ingresó la Escuela Naval de ese país y viajó a Constantinopla, donde prestó servicios en un barco cañonero. Posteriormente, pasó a Grecia y recorrió Oriente, para finalizar su viaje en Argentina donde luchó junto a Bartolomé Mitre. En esa época se entera que Chile enfrenta problemas con sus vecinos y se enrola en el Regimiento Cazadores, para pelear en la Guerra del Pacífico con grado de tropa.
Una vez finalizado el conflicto, se incorporó al Escuadrón de Húsares de Angol como Alférez. En 1885 alcanzó el grado de Capitán. Paralelamente, se desempeñó como Comandante de la Policía Rural de Temuco y de las policías urbanas y rurales de Malleco. Al mismo tiempo, se le encomendó la misión de comandar los Gendarmes de las Colonias, ejerciendo como Comisario desde 1896 hasta abril de 1905, año que pasa a retiro del Ejército. Falleció en Temuco el 16 de diciembre de 1926.